Científicos italianos estudian la presencia de coronavirus en partículas de contaminación de zonas industriales y urbanas

1040

El hallazgo de rastros del virus en partículas recogidas en la zona de Bérgamo permitirá estudiar hasta qué punto es viable en el aire.

Un grupo de científicos italianos ha detectado rastros de coronavirus en partículas de contaminación atmosférica, lo que les permitirá estudiar hasta qué punto el virus puede desplazarse y aumentar el número de personas contagiadas. La investigación no ha terminado y los científicos aún no saben si el virus dentro de las partículas de contaminación sigue siendo viable y en una cantidad suficiente como para provocar la enfermedad.

Los científicos identificaron un gen específico de la COVID-19 en muestras de contaminación atmosférica de un lugar urbano y de otro industrial pertenecientes a la provincia italiana de Bérgamo. Un laboratorio independiente lo ha confirmado en un test ciego.

Leonardo Setti, el científico de la Universidad de Bolonia que dirige el trabajo, considera importante investigar si el virus puede ser transportado por el aire a mayores distancias. «Soy científico y me preocupo cuando no sé», ha explicado. «Si sabemos, podemos encontrar una solución, pero si no sabemos, sólo podemos sufrir las consecuencias».

Otros dos grupos de investigación también han sugerido que las partículas de contaminación atmosférica podrían desplazar al coronavirus.

El análisis estadístico del equipo de Setti sugiere que los niveles de contaminación por partículas superiores pueden estar detrás de las más altas tasas de contagio que hubo antes del confinamiento en áreas del norte de Italia, una idea que otro análisis preliminar también sostiene. Esa zona de Italia está entre las más contaminadas de Europa. 

Ninguno de los estudios realizados por el equipo de Setti ha sido revisado por pares, por lo que todavía no tiene el respaldo de científicos independientes. Pero los expertos coinciden en que la hipótesis es verosímil y que requiere una investigación.

En estudios previos se ha demostrado que las partículas de contaminación atmosférica contienen microbios y que posiblemente la polución haya transportado hasta distancias considerables el virus de la gripe aviar, el del sarampión y el de la fiebre aftosa.

El virus puede seguir en gotas durante horas

El posible papel de las partículas de contaminación está relacionado con la pregunta más general sobre las formas de transmisión del coronavirus. Las grandes gotas cargadas de virus de la tos y de los estornudos que emiten las personas contagiadas caen al suelo en uno o dos metros, pero hay gotas mucho más pequeñas, de un diámetro inferior a 5 micrones, que pueden viajar más lejos y permanecen en el aire desde minutos hasta horas.

Los expertos no están seguros de que estas minúsculas gotitas transportadas por el aire puedan causar infecciones por coronavirus. Lo que sí saben es que en 2003 el coronavirus del SARS se propagó por el aire. También, que el nuevo virus puede seguir siendo viable durante horas en gotitas minúsculas.

Dada la importancia que tendría, los investigadores subrayan la necesidad de probar si es posible o no que la COVID-19 se transmita por el aire, y el posible papel de las partículas de contaminación.

En la universidad británica de Bristol, el profesor Jonathan Reid también está investigando la transmisión aérea del coronavirus. «Tal vez no sea sorprendente que mientras están suspendidas en el aire, las pequeñas gotas puedan combinarse con partículas y ser transportadas», ha explicado Reid. El virus ha sido detectado en pequeñas gotas en zonas del interior de China, ha asegurado también.

Según Setti, las diminutas gotas de entre 0,1 y 1 micrón de diámetro pueden viajar más lejos cuando se unen a partículas de contaminación de hasta 10 micrones. Esto se debe a que la partícula resultante es más grande y menos densa que la gota, por lo que puede permanecer flotando durante más tiempo. «La partícula de contaminación es como un microavión y los pasajeros son las gotas», ha explicado Setti. Reid es más prudente, considera «poco probable que el pequeño cambio en el tamaño de las partículas resultantes juegue un papel importante».

Según el profesor Frank Kelly, del Imperial College de Londres, la posibilidad de que las partículas de contaminación lleven al virus más lejos es una idea interesante. «Es posible, pero me gustaría que este trabajo se repitiera en dos o tres grupos».

Según el profesor John Sodeau, del University College Cork (República de Irlanda), «el trabajo parece plausible, pero la clave sigue siendo esa por ahora, interacciones de partículas plausibles no son siempre biológicamente viables». De acuerdo con Sodeau, podrían necesitarse dos o tres años antes de confirmar los hallazgos, teniendo en cuenta el proceso habitual de las investigaciones científicas.

Otras investigaciones indican un nivel de correlación entre el número de muertes por COVID-19 y los niveles de contaminación atmosférica previos a la pandemia: las personas con una larga exposición a la polución pueden ver dañada su salud pulmonar, y eso puede hacerlas más vulnerables a la COVID-19.

Fuente:www.eldiario.es