El certificado de construcción sostenible BREEAM,sitúa al centro comercial Islazul en el primer puesto del ranking de los centros comerciales españoles en lo que a gestión medioambiental se refiere. Administrado por Nuveen Real Estate y gestionado por Cushman & Wakefield, el centro madrileño posee este reconocimiento desde 2012, cuatro años después consiguió la calificación de “Excelente” y recientemente ha obtenido la calificación de “Excepcional”.
Con esta nueva certificación, el centro comercial ha conseguido la calificación de “Excelente”, en el apartado que evalúa los elementos constructivos del edificio. En cuanto a la gestión de políticas y procedimientos, ha obtenido la calificación de “Excepcional”, situándose así en la primera posición del ranking de centros comerciales que han alcanzado esta calificación.
Además de la eficiencia energética, esta distinción abarca aspectos como la emisión de gases contaminantes, el consumo de agua, la gestión de residuos, o la salud y el bienestar de los usuarios del edificio.
Las diferentes medidas llevadas a cabo en el último año han llevado a Islazul a mejorar en todas las categorías de la metodología BREEAM (Salud y Bienestar, Agua, Energía, Transporte, Materiales, Residuos, Uso del Suelo y Ecología y Contaminación), lo que se ha conseguido traducir en una reducción de 530.243 kg en las emisiones de CO2.
Tan sólo en 2018, el consumo energético se ha reducido en 815.756 kWh, mediante la monitorización de consumos, temperaturas y horarios, la revisión de los protocolos de funcionamiento y de la estanqueidad del edificio, el uso de free-cooling directo en climatización y la sustitución de toda la iluminación del centro a tecnología LED.
Una de las señas de identidad de Islazul es su cubierta transparente de ETFE, que permite la entrada de luz natural con una estructura muy liviana, que consigue transmitir la sensación de espacio exterior. Este material minimiza el consumo energético actuando como un aislante durante el invierno y maximizando la entrada de luz natural durante todo el año.
Por otra parte, el centro también cuenta con un jardín vertical con más de 300 metros cuadrados, que reduce la necesidad de riego y respeta la flora autóctona, a la vez que purifica el aire, reduce la temperatura ambiente y promueve la biodiversidad.
En cuanto al ahorro de agua, se ha logrado reducir su consumo en un 10% gracias al reemplazo de varias de las instalaciones sanitarias por otras de bajo consumo: urinarios sin agua, inodoros de menos de 4 litros de descarga y grifería de bajo caudal, además de la reutilización de aguas grises y aguas de lluvia.