Apuntan a la influencia de la contaminación en la mortalidad por coronavirus

La población de las regiones del norte de Italia, una de las más afectadas por la pandemia vive en un nivel más alto de contaminación del aire.

Las personas que viven en zonas contaminadas pueden verse debilitadas ante el coronavirus.

Investigadores de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, y de la Universidad de Siena, en Italia, han estudiado si podría haber un vínculo entre la alta tasa de mortalidad observada en el norte de Italia y el nivel de contaminación del aire en la región y han comprobado que muy posiblemente sea así, según un estudio que publican en la revista ‘Environmental Pollution’.

El curso de la enfermedad por COVID-19 difiere para los pacientes en todo el mundo: muchos experimentan síntomas similares a la gripe, mientras que muchos otros necesitan tratamiento hospitalario para la infección respiratoria aguda que, en algunos casos, conduce a la muerte.

Sin embargo, los factores que afectan el curso de la enfermedad y las posibilidades de combatir la COVID-19 siguen sin estar claros, mientras no haya tratamiento médico o vacuna. En este momento, hay más preguntas que respuestas, y los investigadores de todo el mundo están trabajando para encontrar nuevas ideas sobre la pandemia global.

En la Universidad de Aarhus, el científico ambiental Dario Caro, del Departamento de Ciencias Ambientales, y dos investigadores de salud, el profesor Bruno Frediani y el doctor Edoardo Conticini, de la Universidad de Siena han encontrado otra pequeña pieza en el rompecabezas de comprender la enfermedad mortal. Se han centrado en examinar por qué la tasa de mortalidad es de hasta el 12% en la parte norte de Italia, mientras que solo es de aproximadamente el 4,5% en el resto del país.

Acaban de publicar un artículo titulado ‘¿Puede considerarse la contaminación atmosférica como un co-factor en el nivel extremadamente alto de mortalidad por SARS-CoV-2 en el norte de Italia?’, en el que demuestran una correlación probable entre la contaminación del aire y la mortalidad en dos de las regiones más afectadas en el norte de Italia: Lombardía y Emilia Romagna.

«Hay varios factores que afectan el curso de la enfermedad de los pacientes, y en todo el mundo estamos encontrando vínculos y explicaciones de lo que es importante. Es muy importante enfatizar que nuestros resultados no son un argumento contrario a los hallazgos ya realizados», señala Dario Caro.

Las dos regiones del norte de Italia se encuentran entre las más contaminadas en Europa. El artículo recientemente publicado se inició en datos del satélite Aura de la NASA, que ha demostrado niveles muy altos de contaminación del aire precisamente en estas dos regiones.

El grupo comparó estos datos con el llamado Índice de calidad del aire, una medida de la calidad del aire desarrollada por la Agencia Europea del Medio Ambiente. El índice recopila datos de varios miles de estaciones de medición en toda Europa, proporcionando una visión geográfica de la prevalencia de una serie de fuentes contaminantes en la UE.

Y los datos hablan por sí mismos. La población de las regiones del norte de Italia vive en un nivel más alto de contaminación del aire, y esto puede conducir a una serie de complicaciones para los pacientes con COVID-19 en las regiones, simplemente porque sus cuerpos pueden haberse debilitado por la exposición acumulada a la contaminación del aire cuando contrajeron la enfermedad.

Por lo tanto, es poco probable que haya alguna razón para imaginar que las personas de Dinamarca están expuestas a los mismos factores o los mismos niveles de contaminación que las personas en el norte de Italia, donde las autoridades han tratado de reducir los niveles de contaminación durante muchos años.

Fuente: www.lavanguardia.com

Científicos italianos estudian la presencia de coronavirus en partículas de contaminación de zonas industriales y urbanas

El hallazgo de rastros del virus en partículas recogidas en la zona de Bérgamo permitirá estudiar hasta qué punto es viable en el aire.

Un grupo de científicos italianos ha detectado rastros de coronavirus en partículas de contaminación atmosférica, lo que les permitirá estudiar hasta qué punto el virus puede desplazarse y aumentar el número de personas contagiadas. La investigación no ha terminado y los científicos aún no saben si el virus dentro de las partículas de contaminación sigue siendo viable y en una cantidad suficiente como para provocar la enfermedad.

Los científicos identificaron un gen específico de la COVID-19 en muestras de contaminación atmosférica de un lugar urbano y de otro industrial pertenecientes a la provincia italiana de Bérgamo. Un laboratorio independiente lo ha confirmado en un test ciego.

Leonardo Setti, el científico de la Universidad de Bolonia que dirige el trabajo, considera importante investigar si el virus puede ser transportado por el aire a mayores distancias. «Soy científico y me preocupo cuando no sé», ha explicado. «Si sabemos, podemos encontrar una solución, pero si no sabemos, sólo podemos sufrir las consecuencias».

Otros dos grupos de investigación también han sugerido que las partículas de contaminación atmosférica podrían desplazar al coronavirus.

El análisis estadístico del equipo de Setti sugiere que los niveles de contaminación por partículas superiores pueden estar detrás de las más altas tasas de contagio que hubo antes del confinamiento en áreas del norte de Italia, una idea que otro análisis preliminar también sostiene. Esa zona de Italia está entre las más contaminadas de Europa. 

Ninguno de los estudios realizados por el equipo de Setti ha sido revisado por pares, por lo que todavía no tiene el respaldo de científicos independientes. Pero los expertos coinciden en que la hipótesis es verosímil y que requiere una investigación.

En estudios previos se ha demostrado que las partículas de contaminación atmosférica contienen microbios y que posiblemente la polución haya transportado hasta distancias considerables el virus de la gripe aviar, el del sarampión y el de la fiebre aftosa.

El virus puede seguir en gotas durante horas

El posible papel de las partículas de contaminación está relacionado con la pregunta más general sobre las formas de transmisión del coronavirus. Las grandes gotas cargadas de virus de la tos y de los estornudos que emiten las personas contagiadas caen al suelo en uno o dos metros, pero hay gotas mucho más pequeñas, de un diámetro inferior a 5 micrones, que pueden viajar más lejos y permanecen en el aire desde minutos hasta horas.

Los expertos no están seguros de que estas minúsculas gotitas transportadas por el aire puedan causar infecciones por coronavirus. Lo que sí saben es que en 2003 el coronavirus del SARS se propagó por el aire. También, que el nuevo virus puede seguir siendo viable durante horas en gotitas minúsculas.

Dada la importancia que tendría, los investigadores subrayan la necesidad de probar si es posible o no que la COVID-19 se transmita por el aire, y el posible papel de las partículas de contaminación.

En la universidad británica de Bristol, el profesor Jonathan Reid también está investigando la transmisión aérea del coronavirus. «Tal vez no sea sorprendente que mientras están suspendidas en el aire, las pequeñas gotas puedan combinarse con partículas y ser transportadas», ha explicado Reid. El virus ha sido detectado en pequeñas gotas en zonas del interior de China, ha asegurado también.

Según Setti, las diminutas gotas de entre 0,1 y 1 micrón de diámetro pueden viajar más lejos cuando se unen a partículas de contaminación de hasta 10 micrones. Esto se debe a que la partícula resultante es más grande y menos densa que la gota, por lo que puede permanecer flotando durante más tiempo. «La partícula de contaminación es como un microavión y los pasajeros son las gotas», ha explicado Setti. Reid es más prudente, considera «poco probable que el pequeño cambio en el tamaño de las partículas resultantes juegue un papel importante».

Según el profesor Frank Kelly, del Imperial College de Londres, la posibilidad de que las partículas de contaminación lleven al virus más lejos es una idea interesante. «Es posible, pero me gustaría que este trabajo se repitiera en dos o tres grupos».

Según el profesor John Sodeau, del University College Cork (República de Irlanda), «el trabajo parece plausible, pero la clave sigue siendo esa por ahora, interacciones de partículas plausibles no son siempre biológicamente viables». De acuerdo con Sodeau, podrían necesitarse dos o tres años antes de confirmar los hallazgos, teniendo en cuenta el proceso habitual de las investigaciones científicas.

Otras investigaciones indican un nivel de correlación entre el número de muertes por COVID-19 y los niveles de contaminación atmosférica previos a la pandemia: las personas con una larga exposición a la polución pueden ver dañada su salud pulmonar, y eso puede hacerlas más vulnerables a la COVID-19.

Fuente:www.eldiario.es

El aire acondicionado podría extender el coronavirus

  • Tres familias chinas se contagiaron en un restaurante colocados en mesas contiguas
  • Un estudio revela que el aire acondicionado pudo ser el el motivo de la transmisión

El verano se acerca y son muchas las dudas que nos invaden en torno a todo lo que rodea a la crisis sanitaria del coronavirus. Francia ya avisaba que no será hasta julio cuando abran sus terrazas y bares y en España está pendiente de confirmar la fecha para su apertura.  

La gran duda surge entorno a los aparatos acondicionados y su utilización. ¿Cómo puede puede afectar este aparato al virus? Un nuevo estudio ha analizado en China los contagios ocurridos en tres familias diferentes que comieron en mesas contiguas en un restaurante y cómo éste pudo afectar a su contagio por Covid-19. El estudio concluyó que el aire acondicionado pudo ser el motivo de que estas personas dieran positivo en coronavirus posteriormente. Para virólogos y epidemiólogos, es una «nota de atención» sobre la que habría que investigar más.

La revista de los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU, ‘Emerging Infectious Diseases‘, publicaba un estudio esta semana que ha captado la atención de los especialistas. Estas publicaciones lanzan unos ‘papers’ que son supervisados por unos prestigiosos investigadores antes de que se publiquen. 

Este trabajo es elaborado por 10 científicos chinos, investigadores en el centro de Control y la Prevención de Enfermedades de Cantón. Han llevado a cabo un análisis sobre los casos de 10 infectados con Covid-19 de tres familias diferentes que coincidieron para comer en el mismo restaurante de Cantón el pasado 24 de enero.

El restaurante es un edificio de 5 pisos con aire acondicionado y sin ventanas. Las mesas estaban colocadas aproximadamente a un metro de distancia. En una de las mesas se sentó el paciente A1 junto con su familia. A cada uno de los lados se encontraba la familia C y la B. Un total de 21 comensales se encontraban en el local, de los cuales 10 terminarían contagiados por coronavirus. 

El comensal A1, confirmado como el paciente ‘cero’ o ‘índice’, había regresado de Wuhan con su familia el día anterior. Ese mismo día, unas horas después, el 24 de enero, comenzó a sentir los primeros síntomas propios de la enfermedad. Días después, otros nueve comensales de las tres familias cayeron también enfermos por el virus. Un total de 83 clientes comieron en el restaurante pero solo 10 se contagiaron. Todos ellos estaban alrededor del paciente A1 y debajo del aparato de aire acondicionado.

«La única fuente conocida de exposición [al virus] para los afectados en las familias B y C es el paciente A1. Del análisis de las posibles rutas de transmisión, hemos concluido que la causa más probable de este brote es el contagio por gotas respiratorias. Sin embargo, esta no puede ser la única explicación», señala el estudio. Las gotículas que pueden transportar el virus (de un tamaño mayor a cinco micras) permanecen en suspensión en el aire durante un corto periodo de tiempo y viajan distancias muy cortas, generalmente a menos de un metro. Sin embargo, las gotículas más pequeñas (de menos de cinco micras) liberadas al hablar y vaporizadas en el aire «pueden permanecer suspendidas más tiempo y viajar distancias más largas, de más de un metro (…). Hemos concluido que en este brote la transmisión por gotículas fue favorecida por el aire acondicionado. El factor clave de infección fue la dirección del flujo del aire (…) desde la mesa C a la A y luego a la B y de vuelta a la mesa C».

El estudio por lo tanto, asegura con absoluta veracidad, que los nueve comensales de las tres mesas que estaban al rededor del paciente A1 contrajeron el virus. Y abre una teoría sobre el aire acondicionado y su papel a la hora de propagar el contagio. ¿Hay una verdadera relación entre el aire acondicionado y la expansión de la enfermedad entre los comensales?

«No me parece nada descabellado lo que plantea y es totalmente posible. Hablamos de un virus que se transmite también por vía aérea. Si quedan partículas con virus en suspensión y hay un flujo de aire que transporte las partículas, es posible que eso facilite el contagio», señala a Teknautas el virólogo Javier Buesa, profesor del departamento de Microbiología de la Universidad de Valencia.

Buesa, a su criterio, señala varias limitaciones del estudio que hacen sus hipótesis aún muy prematuras. «Hay lagunas e inconsistencias sorprendentes para una revista como ‘Emerging Infectious Diseases’, que es muy seria y prestigiosa. Por ejemplo, errores como que el paciente A5 aparece en el gráfico pero no lo contabilizan en el texto. O que el paciente B2 en el gráfico inicia su enfermedad el 5 de enero cuando en las tablas se indica que es el 3 de febrero. Luego hay hechos extraños. Ninguno de los camareros se ha infectado, lo cual es sorprendente, ya que circulan entre las mesas. También es raro que se infecte el A3, justo al lado del paciente cero, pero no la otra persona que está a su izquierda. O que el comensal de la mesa B, sentado justo al lado del ventilador de salida, por donde se supone que sale parte del aire contaminado, no se haya visto infectado», explica.

Los autores del estudio que todavía no se han realizado estudios experimentales para simular los flujos de aire en espacios cerrados y contemplan que estas familias se podrían haber contagiado entre ellas. El paciente B1, el primero de esa familia en caer enfermo, se contagió en el restaurante pero pudo haber infectado a B2 y B3 posteriormente. Y el paciente C1 (cayó enfermo el 31 de enero) pudo enfermar mientras cuidaba del C2 (que enfermó el 27 de enero).

Buesa añade otra limitación clave: «No secuencian los genomas de los virus de los pacientes para demostrar que es la misma cepa de virus la que infecta a todos. Los estudios de epidemiología genómica son muy útiles en estos casos», explica. Sorprende también que el test PCR de seis muestras de restos del interior y zona exterior del aire acondicionado diera negativo. «Dicen que da negativo, pero no explican cuándo hicieron las muestras, si transcurrió mucho tiempo desde conocerse las infecciones, etc. Esto es importante. Si el PCR del aire acondicionado da positivo, es una señal de alarma, pero habría que hacer estudios más detallados para concluir algo con certeza».

Pese a las limitaciones del estudio, Buesa considera que da suficientes indicios como para servir de «nota de atención para estudiar más a fondo el asunto». «No solo por los restaurantes», explica, «también por los miles de oficinas. En la mayoría de ellas, las ventanas están bloqueadas, se respira constantemente el mismo aire viciado que entra y sale de los aires acondicionados. La ventilación es clave para reducir el riesgo de contagio», apunta.

Jesús Molina, epidemiólogo y médico especialista en medicina preventiva, está de acuerdo con Buesa en la relevancia del estudio, pero también en las cautelas. «Es una investigación muy interesante y parece totalmente posible que un aire acondicionado aumente las posibilidades de contagio. Pero se necesita más investigación para confirmarlo», explica. Para este especialista, las medidas de separar las mesas en oficinas y restaurantes para que haya al menos un metro y la ventilación serían de momento suficientes.

«Hay expertos en higiene laboral y funcionamiento del aire acondicionado que deberían analizar esto en detalle». En verano, estas máquinas funcionan en todas partes. ¿Es aconsejable reducir la potencia del aire? ¿Orientarlos de una forma concreta en locales pequeños? Son aspectos que se deberían estudiar en profundidad», apunta Bruesa.

Fuente: www.telecinco.es

Brote de COVID-19 asociado con aire acondicionado en un restaurante de Guangzhou, China

Del 26 de enero al 10 de febrero de 2020, un brote de la nueva enfermedad por coronavirus (COVD-19) de 2019 afectó a 10 personas de 3 familias (familias A – C) que habían comido en el mismo restaurante con aire acondicionado en Guangzhou, China. Una de las familias acababa de viajar desde Wuhan, provincia de Hubei, China. Se realizó una investigación detallada sobre el vínculo de estos 10 casos. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética del Centro de Guangzhou para el Control y Prevención de Enfermedades.

El 23 de enero de 2020, la familia A viajó desde Wuhan y llegó a Guangzhou. El 24 de enero, el paciente índice (paciente A1) almorzó con otros 3 miembros de la familia (A2 – A4) en el restaurante X. Otras dos familias, B y C, se sentaron en las mesas vecinas en el mismo restaurante. Más tarde ese día, el paciente A1 experimentó aparición de fiebre y tos y fue al hospital. Para el 5 de febrero, un total de otros 9 (4 miembros de la familia A, 3 miembros de la familia B y 2 miembros de la familia C) se habían enfermado con COVID-19.

La única fuente conocida de exposición para las personas afectadas en las familias B y C fue el paciente A1 en el restaurante. Determinamos que el virus se había transmitido a> 1 miembro de la familia B y> 1 miembro de la familia C en el restaurante y que más infecciones en las familias B y C eran el resultado de la transmisión dentro de la familia.

Un boceto en miniatura muestra la disposición de las mesas del restaurante y el flujo de aire acondicionado en el lugar del brote de la nueva enfermedad por coronavirus de 2019, Guangzhou, China, 2020. Los círculos rojos indican el asentamiento de futuros pacientes de casos; el círculo rojo lleno de amarillo indica índice caso-paciente.

El restaurante X es un edificio de 5 pisos con aire acondicionado y sin ventanas. El comedor del tercer piso ocupa 145 m2; Cada piso tiene su propio aire acondicionado. La distancia entre cada mesa es de aproximadamente 1 m. Las familias A y B se sentaron cada una durante un período superpuesto de 53 minutos y las familias A y C durante un período superpuesto de 73 minutos. La salida de aire y la entrada de aire de retorno para el aire acondicionado central se ubicaron sobre la tabla C (Figura, panel B).

El 24 de enero, un total de 91 personas (83 clientes, 8 miembros del personal) estaban en el restaurante. De ellos, un total de 83 habían almorzado en 15 mesas en el tercer piso. Entre los 83 clientes, 10 se enfermaron con COVID-19; los otros 73 fueron identificados como contactos cercanos y en cuarentena durante 14 días. Durante ese período, no se desarrollaron síntomas, y las muestras de frotis de garganta de los contactos y 6 muestras de frotis del acondicionador de aire (3 de la salida de aire y 3 de la entrada de aire) fueron negativas para el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo por transcripción inversa PCR.

De este examen de las posibles rutas de transmisión, se concluye que la causa más probable de este brote fue la transmisión de gotas. Aunque el paciente índice (paciente A1) estaba asintomático durante el almuerzo, se ha informado de transmisión presintomática (1). Dados los períodos de incubación de la familia B (Figura del Apéndice), el escenario más probable es que los 3 miembros de la familia B fueron infectados directamente por el paciente A1. Sin embargo, no podemos excluir la posibilidad de que los pacientes B2 y B3 hayan sido infectados por el paciente B1, el primer miembro de la familia B que se enfermó. Para la familia C, un posible escenario es que tanto los pacientes C1 como C2 fueron infectados por el paciente A1; otro escenario es que el paciente C1 adquirió la infección mientras cuidaba al paciente C2, a partir del 27 de enero.

La transmisión del virus en este brote no puede explicarse solo por la transmisión de gotas. Las gotas respiratorias más grandes (> 5 μm) permanecen en el aire solo por un corto tiempo y viajan solo distancias cortas, generalmente <1 m (2,3). Las distancias entre el paciente A1 y las personas en otras mesas, especialmente las de la mesa C, fueron todas> 1 m. Sin embargo, un fuerte flujo de aire desde el acondicionador de aire podría haber propagado gotitas de la mesa C a la mesa A, luego a la mesa B y luego a la mesa C (Figura).

Las gotas pequeñas en aerosol cargadas de virus (<5 μm) pueden permanecer en el aire y viajar largas distancias,> 1 m (4). Se ha informado la posible transmisión por aerosol del síndrome respiratorio agudo severo y los virus del síndrome respiratorio del Medio Oriente (5,6). Sin embargo, ninguno de los empleados u otros comensales en el restaurante X estaban infectados. Además, las muestras de frotis del acondicionador de aire fueron todas negativas para nucleótidos. Este hallazgo es menos consistente con la transmisión de aerosol. Sin embargo, los aerosoles tenderían a seguir el flujo de aire, y las concentraciones más bajas de aerosoles a grandes distancias podrían haber sido insuficientes para causar infección en otras partes del restaurante.

Se concluye que en este brote, la transmisión de gotitas fue provocada por la ventilación con aire acondicionado. El factor clave para la infección fue la dirección del flujo de aire. Es de destacar que el paciente B3 estaba afebril y el 1% de los pacientes en este brote eran asintomáticos, proporcionando una fuente potencial de brotes entre el público (7,8). Para evitar la propagación de COVID-19 en restaurantes, recomendamos fortalecer la vigilancia de monitoreo de temperatura, aumentar la distancia entre las mesas y mejorar la ventilación.

Fuente: wwwnc.cdc.gov

Un pequeño aumento en la exposición a largo plazo a partículas finas (PM2.5) conduce a un gran aumento en la tasa de mortalidad por coronavirus

Un último estudio realizado por científicos de la Universidad de Harvard mostró que existe una gran superposición entre las causas de muerte de los pacientes con coronavirus y la exposición a la contaminación del aire, su estudio encontró que un aumento de solo 1 microgramo se asocia con un aumento del 15% en la tasa de mortalidad.

El estudio dice que debido a que se sabe que la exposición a la contaminación del aire daña el corazón y los pulmones, aumenta la vulnerabilidad a experimentar los resultados más graves del coronavirus.

Los investigadores obtuvieron recuentos de muertes por coronavirus en todos los condados de los Estados Unidos y calcularon la exposición a largo plazo a PM2.5 entre 2000 y 2016 utilizando un modelo de cuadrícula. Consideraron variables como la densidad de población, el origen étnico, el IMC, el porcentaje de fumadores y el clima.

Sin embargo, los Estados Unidos tardaron en implementar pruebas a gran escala para el virus, y los investigadores dijeron que la incapacidad de cuantificar con precisión el número de casos debido a esta capacidad de prueba limitada es una limitación potencial del estudio.

Con el presidente Trump haciendo retroceder los estándares de emisión de vehículos durante la pandemia, los investigadores advirtieron que el incumplimiento de las regulaciones de contaminación del aire existentes durante la crisis actual podría aumentar el número de muertes por coronavirus.

El estudio de Harvard es el segundo publicado esta semana para vincular los resultados mortales de coronavirus con la exposición a la contaminación del aire. Un estudio europeo sugirió que la mayor tasa de mortalidad por coronavirus en las regiones del norte de Italia podría deberse a que los residentes han estado expuestos a altos niveles de contaminación del aire durante muchos años. La mortalidad es de alrededor del 12% en las dos regiones, mientras que solo es aproximadamente el 4.5% en el resto de Italia, donde la calidad del aire es mejor.

Ayer, el Grupo de Expertos en Calidad del Aire, a pedido de Defra, lanzó una llamada a la evidencia de las comunidades de investigación y calidad del aire para abordar los cambios en curso en la calidad del aire del Reino Unido debido a la crisis del coronavirus.

Han formulado una serie de preguntas clave que esperan exploren las interacciones entre la contaminación del aire y el virus, con la evidencia que posiblemente respalde la toma de decisiones sobre la gestión de la calidad del aire en las próximas semanas y meses.

Fuente:www.airqualitynews.com

La exposición a largo plazo a la contaminación del aire aumenta el riesgo de demencia

La exposición a largo plazo a la contaminación del aire está asociada con un mayor riesgo de demencia, según una investigación publicada en la revista JAMA Neurology.

Para 2050, se espera que el 68% de la población mundial viva en áreas urbanas donde estén continuamente expuestos a la contaminación del aire. Junto con una población que envejece, esto plantea un desafío global cuando se trata de estrategias preventivas para la demencia.

Investigadores del Instituto Karolinska en Suecia reunieron datos de 3.000 personas de 74 años o más que viven en el centro de Estocolmo, a cada individuo se le dio seguimiento durante 11 años. Durante este período, 364 personas desarrollaron demencia.

Luego, los investigadores utilizaron métodos de dispersión para evaluar los niveles de contaminación anuales en direcciones residenciales.

Descubrieron que la exposición a largo plazo a partículas (PM2.5) y dióxido de nitrógeno (NO2) se asociaba con un mayor riesgo de demencia.

También se descubrió que la insuficiencia cardíaca y las enfermedades cardíacas aumentan la asociación entre la contaminación del aire y la demencia.

Según los investigadores, los mecanismos biológicos a través de los cuales la contaminación del aire afecta la salud del cerebro no se comprenden completamente, pero es probable que las partículas ultrafinas puedan llegar al cerebro a través de la circulación e inducir inflamación sistémica, dañando la barrera hematoencefálica.

Giulia Grande, autora principal del estudio, dijo: ‘Nuestros hallazgos sugieren que la contaminación del aire juega un papel en el desarrollo de la demencia, principalmente a través del paso intermedio de la enfermedad cardiovascular.

La contaminación del aire es un factor de riesgo establecido para la salud cardiovascular y debido a que la enfermedad cardiovascular acelera el deterioro cognitivo, creemos que la exposición a la contaminación del aire podría afectar de forma negativa a la cognición indirectamente.

‘En nuestro estudio, prácticamente toda la asociación de la contaminación del aire con la demencia parecía ser a través de la presencia o el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, lo que agrega más razones para reducir las emisiones y optimizar el tratamiento de factores de riesgo cardiovasculares y relacionados, especialmente para las personas que viven en las zonas más contaminadas de nuestras ciudades «.

En noticias relacionadas, los investigadores de la University of British Columbia descubrieron que vivir cerca de una carretera importante aumenta la probabilidad de desarrollar un trastorno neurológico como el Alzheimer, el Parkinson y la esclerosis múltiple (EM).

Photo Credit – Pixabay

Fuente: www.airqualitynews.com

La crisis del coronavirus limpia el aire de Madrid

Las limitaciones a la circulación y el estado de alarma impuestos por Gobierno han provocado una reducción del tráfico rodado importante. Además, las lluvias del lunes facilitaron que los niveles de contaminación de dióxido de nitrógeno descendieran en la capital hasta un 57% respecto al lunes anterior, cuando no se había decretado el confinamiento y los colegios seguían abiertos.


Madrid empieza a respirar aire limpio. Así lo reflejan los datos del Sistema de Vigilancia de la Calidad del Aire del Ayuntamiento, que evidencian la incidencia que el coronavirus está teniendo en el descenso de emisiones, además de poner sobre la mesa la estrecha relación entre la actividad económica del ser humano y las emisiones contaminantes a la atmósfera.

Según los datos oficiales, los resultados globales del lunes, primer día laboral en confinamiento, arrojan una calidad del aire «muy buena», tanto en partículas PM 2.5 y PM 10, como en ozono, dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2), algo difícil de ver en un día normal.

Los datos contrastan con los resultados de lunes anterior, 9 de marzo, cuando el Gobierno todavía no había decretado el estado de alarma que impide salir a las calles salvo causa mayor y los colegios permanecían abiertos. En esta fecha, los datos del boletín diario del Ayuntamiento no fueron del todo malos, en lo que se refiere a PM 2.5, PM 10 y SO2. Las diferencias más evidentes con el estado atmosférico actual tienen que ver con el NO2, uno de los principales contaminantes de la ciudad. Así, antes de que la pandemia apartara la vida cotidiana de las calles, los resultados eran calificados por el Consistorio como «regulares» tanto en el interior de la M30, como en el sureste y el noreste de la capital.

Esta calificación de «regular», tipificada con un color amarillo en los informes diarios de calidad ambiental, quiere decir que había una concentración media de 101 miligramos de NO2 por metro cúbico (mg/m3) durante el 9 de marzo. Una semana después –el primer lunes de confinamiento–, los datos de esta sustancia se sitúan entre tendrían una media de 43 mg/m3 de NO2 en el global de la ciudad, con las zonas del interior de la M30 y las estaciones del noreste representando los picos más alto de contaminación. Es decir, una disminución de cerca del 57% de las partículas de dióxido de nitrógeno.

En cualquier caso, el descenso medio de esta sustancia en la atmósfera madrileña no es del todo positivo, ya que los límites aconsejados para la salud humana están en los 40mg/m3 de NO2 de media anual, por lo que todavía se necesita tiempo y prudencia para poder analizar de manera más nítida cuáles son los efectos que está teniendo el coronavirus en la atmósfera de la capital, una de las ciudades con mayor concentración de partículas contaminantes diarias de España.

La mejora de la calidad de la atmósfera, no en vano, tiene también una gran dependencia de las condiciones meteorológicas, ya que la falta de lluvia facilita que las sustancias contaminantes como el NO2, el ozono o el PM 2.5 PM 10 tiendan a permanecer más tiempo suspendidas en el aire. En ese sentido, la bajada de temperaturas producida el mismo lunes y las precipitaciones que acontecieron durante la jornada son elementos que, combinados con el confinamiento, han facilitado que el aire pueda purgarse de gases contaminantes.

Una de las claves de este ligero descenso de contaminantes atmosféricos podría tener que ver con el periodo de confinamiento, pero sobre todo con las restricciones al tráfico que han hecho que el uso de vehículos privados en la M30 –una de las principales vías de acceso de la capital– se haya reducido el lunes un 58% y un 38% en las calles que quedan en el interior de la autopista que rodea Madrid, según los datos proporcionados por el Ayuntamiento. Tanto es así, que desde el Área de Movilidad recalcaban a los medios que la hora punta ha pasado a ser «inexistente».

El transporte es el principal contaminante de Madrid y de España, en tanto que las emisiones de gases de efecto invernadero que llevan asociadas suponen el 25% del total, siendo el tráfico rodado el que más contamina de todos, según los datos oficiales del Ministerio de Transición Ecológica. En ese sentido, la escasa circulación de vehículos privados durante los próximos días de crisis podría mejorar aún más la concentración de partículas en la atmósfera, dependiendo de las circunstancias meteorológicas que se presenten durante el periodo de estado de alarma.

Fuente: www.publico.es

Air pollution could make COVID-19 more dangerous

Some climate experts are hypothesizing that living in areas with high air pollution could make cases of COVID-19 worse. Smoking tobacco products could also worsen the effects of the virus.

“Given what we know now, it is very likely that people who are exposed to more air pollution and who are smoking tobacco products are going to fare worse if infected with COVID than those who are breathing cleaner air, and who don’t smoke,” Aaron Bernstein, interim director of the Center for Climate, Health and the Global Environment at the Harvard T.H. Chan School of Public Health, told the Washington Post. Because no large-scale studies have been done to connect air pollution with the virus, Bernstein’s view is still a hypothesis.

Related: Coronavirus and its impact on carbon emissions

Some of the world’s more polluted regions have seen the most coronavirus fatalities, such as densely populated urban areas of Iran and China. The air quality is so bad that people living in Tehran or in the Hebei province of China may routinely inhale an equivalent amount of air pollution as someone who smokes a pack of cigarettes a day. Northern Italy is one of Europe’s most polluted areas. South Korean cities have high air pollution levels and a high rate of tobacco use.

During the severe acute respiratory syndrome [SARS] epidemic in 2003, researchers noticed a correlation between low air quality and regions with more fatalities. However, they didn’t conclude air pollution was necessarily the cause. Other factors, including socioeconomic status, may also have played a role in the disease’s patterns.

There may also be a correlation between smoking and the deadliness of COVID-19. Researchers found worse outcomes for smokers who suffered from Middle East respiratory syndrome, both in the Middle East and in South Korea. Pneumonia, to which smokers are often susceptible, is sometimes part of severe coronavirus cases.

Via: www.inhabitat.com

El Aulario IndUVa recibe el certificado que acredita la excelente calidad del aire interior del edificio

El Rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo Cabrerizo, ha recibido hoy miércoles, 11 de marzo, de manos de la Asociación Española para la Salud, el Confort y la Calidad del Ambiente Interior, el certificado que acredita que el Aulario de la Escuela de Ingenierías Industriales, el IndUVa, ha obtenido el Certificado AESCAI Diamante, la mayor calificación de calidad de aire interior de edificios. El acto ha tenido lugar en el vestíbulo del propio aulario.

Importancia de la calidad del aire interior de los edificios

La calidad del aire que respiramos afecta no solo a nuestro bienestar, también a nuestra salud, a nuestra motivación, a nuestra productividad en el trabajo, a nuestra capacidad de atención y a nuestro rendimiento lectivo.

Un ejemplo de ello es que, según la OMS, la mala calidad del aire que respiramos es la responsable de 1 de cada 7 muertes en el mundo, o lo que es lo mismo, 8 millones de muertes al año en el mundo se deben a la mala calidad del aire que respiramos.

Estamos muy concienciados con la calidad del aire de las ciudades en que vivimos, y los municipios más importantes incorporan sensores de calidad de aire exterior, cuyos datos están disponibles para el público.

Esta concienciación está totalmente justificada, ya que según la OMS, el 91% de la población mundial vive en lugares cuyos contaminantes exceden los niveles recomendados.

Sin embargo, a menudo no damos la importancia que merece la calidad del aire del interior de los edificios, cuando es en el interior de los edificios donde pasamos más del 80% de nuestro tiempo, y donde algunos contaminantes pueden ser hasta 5 veces más altos que en el exterior, lo que resulta contradictorio.

Según estudios del UK Green Building Council, una pobre calidad del aire interior disminuye el rendimiento en el trabajo hasta un 10% y da lugar a un 35% más de bajas laborales, en comparación con un edificio que tenga una adecuada calidad del aire interior.

Certificado AESCAI de Calidad del Aire Interior

Concienciada por la importancia que la calidad del aire interior de los edificios tiene en el bienestar y en la salud de las personas, la Asociación Española para la Salud, el Confort y la Calidad del Ambiente Interior, AESCAI, ha desarrollado el Certificado AESCAI de Calidad del Aire Interior.

Este Certificado AESCAI se une a otros certificados de edificios de reconocido prestigio, utilizados para reconocer la eficiencia energética, el respeto al medio ambiente y/o la salud y el confort de las personas, como son LEED, BREEAM, WELL, PASSIVHAUS y VERDE.

El certificado AESCAI, desarrollado en 2019, es el más nuevo de todos ellos, y se diferencia de todos ellos en varios aspectos:

– Aborda en exclusiva las características de los edificios que más afectan a la salud y el confort de las personas: La calidad del aire interior, la temperatura y la humedad.

– Permite asegurar que el aire interior del edificio certificado es adecuado para la salud, el bienestar, el rendimiento académico o laboral y la motivación de los ocupantes.

– Para cada contaminante del aire no establece un solo valor límite, sino que establece un valor básico de certificación (exigencia estándar) que posibilita la certificación y un valor avanzado de puntuación (exigencia avanzada) que contribuye a mejorar la calificación, que puede ser AESCAI Plata, Oro, Platino o Diamante, que es la máxima puntuación.

– Debido a su ámbito focalizado en la calidad del aire interior de los edificios, la temperatura y la humedad, permite realizar la certificación en la cuarta parte de tiempo y en la cuarta parte del coste que la mayoría de los otros sistemas de certificación de edificios.

– Contribuye a mejorar la calidad del aire interior de los edificios mediante las recomendaciones de los técnicos acreditados AESCAI que realizan la certificación

El Aulario IndUVa de la Universidad de Valladolid: Primer edificio certificado AESCAI

La Universidad de Valladolid está totalmente comprometida con la salud y el bienestar de sus alumnos, sus profesores y su personal de administración y servicios (PAS) y por eso ha decidido que uno de sus edificios sea el primero de España en optar a la certificación AESCAI de Calidad del Aire Interior, y comprobar, a través de una entidad independiente, que el aire que respiran sus alumnos, profesores y PAS es saludable y contribuye a la motivación y calidad docente, a la atención y éxito académico y a la satisfacción y bienestar de todos ellos.

El edificio elegido para esta primera certificación AESCAI ha sido el aulario IndUVa de la sede Mergelina, que es el último edificio construido por la Universidad de Valladolid, que ha conseguido múltiples premios nacionales e internacionales, y que está finalizando sus procesos de certificación LEED y WELL.

Este edificio, en lo relativo a calidad del aire interior dispone de varias características excepcionales:

– Entradas al edificio con vestíbulo y felpudos de 3 metros de longitud a fin de minimizar la suciedad y contaminantes que entran en el edificio por las puertas de entrada. Estos felpudos de 3 metros son habituales de los edificios certificados LEED y WELL.

– Utilización de pinturas, sellantes y materiales en general con nula o muy baja presencia y generación de formaldehidos y volátiles orgánicos, que podrían dar lugar a generación de olores irritantes y cancerígenos.

– Medidas excepcionales durante la obra para evitar que se acumule polvo en el interior de conductos o equipos de climatización, como son el sellado de todos los orificios o huecos en equipos y conductos durante la ejecución, y la aspiración de polvo que pueda haberse depositado en el interior de los conductos previamente a la colocación de las rejillas.



– Incorporación en el climatizador principal de un recuperador rotativo entálpico con rotor higroscópico que permite recuperar el calor y la humedad del aire que sale del edificio, consiguiendo de este modo ahorrar energía y dotar al aire interior de la humedad adecuada.

– Sensores de CO2, de temperatura y de humedad relativa en cada una de las aulas, que permiten optimizar el funcionamiento de las cajas de volumen de aire variable con baterías de frío y de calor en cada aula, de modo que se garantiza la adecuada calidad del aire y el adecuado confort térmico, con un consumo optimizado de energía.

El resultado de la certificación AESCAI de Calidad del Aire Interior

El edificio ha sido evaluado respecto a contaminantes habituales de interiores:

*Partículas PM10

*Partículas PM2,5

*CO2 (Dióxido de Carbono)

*Formaldehido

*Compuestos Volátiles Orgánicos (COV)

*Radón

Y también ha sido evaluado respecto a contaminantes habituales de exteriores, pero que también se localizan en el interior de los edificios:

*CO (Monóxido de Carbono)

*O3 (Ozono)

Asimismo se han evaluado parámetros higrotérmicos:

*T (Temperatura)

*Hr (Humedad)

Se han realizado mediciones en 14 aulas, en la zona de bedeles y en un almacén de sótano, siguiendo el procedimiento AESCAI para la toma de datos de contaminantes y parámetros higrométricos en interiores.

El resultado ha sido que todas las concentraciones de compuestos químicos y partículas registrados, así como la temperatura y humedad se encuentran en niveles adecuados para la salud, el confort y el bienestar de los ocupantes, y que el 80% de ellos se encuentra en niveles excepcionalmente buenos, lo que da lugar a que el aulario induva de la universidad de valladolid sea merecedor y haya obtenido el certificado aescai diamante, que es la mayor calificación de calidad de aire interior de edificios.