Los arquitectos técnicos o aparejadores a través del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza (COAATZ) vinculan la seguridad ante la covid-19 de los espacios interiores a la calidad del aire interior a través de la concentración de CO2 y a otros parámetros como la temperatura, la humedad relativa o el tipo de ventilación.
La transmisión predominante del SARS-CoV-2 se produce por el aire en forma de aerosoles, tal y como ya es aceptado por la comunidad científica y además se refleja en informes del Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Ciencia. Por ello, «cobra especial importancia la calidad del aire interior dentro de los espacios cerrados y el modo en que estos aerosoles son capaces de ser disipados», han indicado desde el COAATZ.
Los aerosoles pueden permanecer en el aire suspendidos un tiempo y solamente se pueden dispersar y rebajar su concentración hasta no ser nocivos con una adecuada renovación de aire y, además, con unos flujos de aire que estén controlados en función del peso del contaminante principal a evacuar.
Un aspecto fundamental para determinar la calidad del aire desde casi todos los puntos de vista, pero en especial desde la perspectiva de la dispersión de los aerosoles hasta que su concentración disminuya a tasas no peligrosas, es la concentración o acumulación de CO2 en el ambiente. A una menor concentración de CO2, mejor calidad del aire interior, han sintetizado en una nota de prensa desde el COAATZ.
A este respecto, la calidad del aire en el exterior en una zona sin mucha contaminación en cuanto a concentración de CO2 se sitúa en torno a las 400 ppm (partes por millón).
En diferentes estudios realizados por el COAATZ en el interior de edificios desde hace años, estas concentraciones con presencias de personas y sin ventilación se elevan a 2.500 ppm o incluso a 3.500 ppm durante una presencia muy prolongada. Sin embargo, con una concentración de CO2 de 800 ppm, solo el 1% del aire inhalado por una persona ya ha sido exhalado por otra persona, «por ello esta es la tasa de CO2 que recomendamos como nivel para apertura segura de actividades en interior con presencia de personas«, han propuesto desde este colegio oficial.
Más parámetros
Otros parámetros importantes respecto a las condiciones interiores para la supervivencia del virus SARS-CoV-2, es la temperatura y humedad. En cuanto a la temperatura se recomienda que supere 21 grados centígrados, y en cuanto a la humedad el virus encuentra mejores condiciones a humedades bajas o altas, por lo que se recomienda una humedad relativa entre el 40 o el 60%.
Por lo tanto, los tres parámetros citados, concentración de CO2, temperatura y humedad deben estar equilibrados, ya que, en invierno, por ejemplo, con el cierzo puede bajar mucho la humedad y la temperatura si se utiliza mucho la ventilación natural.
El filtrado de los sistemas de ventilación es otro aspecto importante. Los más indicados son los filtros HEPA y la disposición de las impulsiones y admisiones de las instalaciones de ventilación; ya que se deben producir unos barridos del aire en toda la estancia que faciliten una rápida y adecuada dispersión de los aerosoles.
También son muy adecuados los filtros HEPA utilizados en aparatos purificadores interiores del aire, han apostillado.
Apertura de actividades
Por todo ello, desde el COAATZ se recomienda dar un paso en la apertura de ciertas actividades que actualmente no tienen permitida su actividad interior y vincular las mismas a un adecuado cumplimiento de las condiciones de calidad de aire reseñadas en este artículo, fijando como criterio de calidad de aire los ya reseñados 800 ppm de CO2.
En aras de conseguir un adecuado equilibrio entre todas las variables citadas, son muy adecuados los sistemas de ventilación con recuperación de calor de alta eficiencia o sistemas similares, porque permiten tener ratios de CO2 adecuados, a la vez que no se penalizan ni la temperatura ni la humedad en el interior de las estancias.
En este sentido y siempre que las condiciones epidemiológicas lo permitan, desde el COAATZ se cree que desde el punto de vista técnico se puede alcanzar un adecuado equilibrio entre la realización de ciertas actividades, suspendidas en la actualidad, y el disfrute de una adecuada calidad del aire interior que acote el riesgo, de forma que el binomio riesgo-beneficio se sitúe en cotas admisibles.
Desde el inicio de la pandemia, esta agrupación profesional, ha prestado ayuda «desinteresada» tanto a usuarios, administraciones públicas y empresarios de sectores afectados por la COVID-19.
Por ejemplo, ha elaborado una guía sobre recomendaciones de habitabilidad de las viviendas durante el confinamiento que se hizo viral en España; ha ofrecido asesoramiento gratuito a la hostelería y al comercio para poder adaptar sus instalaciones a las fases de la desescalada; han publicado recomendaciones a tener en cuenta en los edificios durante el verano para protegerse del calor, o han alertado sobre los riesgos de las piscinas domésticas y dieron a conocer consejos para una correcta instalación.
Fuente:www.heraldo.es